Brigadas comunitarias hacia adelante

Por Miluska Ordoñez y Giorgio Madueño el 29.05.2023

Las brigadas comunitarias juegan un rol clave como primera línea de respuesta ante las emergencias. Sin embargo, no existe un marco específico para su integración y fortalecimiento a nivel nacional. Conoce cómo el Programa de Resiliencia ante Inundaciones de Practical Action promueve estas brigadas como estrategia para hacerle frente a los desastres en Perú.

Las brigadas comunitarias jugaron un rol clave para atender la emergencia por el ciclón Yaku. Foto: Ángela Ponce para Practical Action

El ciclón Yaku y las lluvias intensas han dejado 61 personas fallecidas, 57 personas heridas y miles de familias damnificadas y afectadas en Perú en el lapso de 5 meses. La magnitud de esta emergencia a puesto a prueba a todos los actores del Sistema Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres (SINAGERD) del país y ha mostrado qué limitaciones y avances existen actualmente. Sin duda, los actores clave al momento de responder a la emergencia han sido las brigadas comunitarias.

Las brigadas comunitarias empoderan a las y los vecinos que las conforman al tomar un rol activo en las acciones de preparación y respuesta. Se movilizan de forma voluntaria y espontánea ante una situación adversa y son las primeras en responder a la emergencia. Conocen el territorio, a las familias y las necesidades particulares de atención. Se constituyen como el soporte de las autoridades durante la preparación, respuesta y post desastre. Están capacitadas para dar soporte emocional y apoyar en las acciones de atención a las personas afectadas. Su trabajo contribuye al funcionamiento de los sistemas de alerta temprana (SAT), a la gobernanza efectiva y a la sostenibilidad de las estrategias para la construcción de resiliencia ante huaicos e inundaciones. Por ello, las brigadas comunitarias son fundamentales para la gestión del riesgo de desastres.

El Marco de Sendai reconoce el importante papel de las organizaciones comunitarias, incluidas las brigadas comunitarias, en la reducción del riesgo de desastres y hace énfasis en la necesidad de colaboración entre los distintos actores para la construcción de resiliencia. Asimismo, en Perú, el Plan Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres (PLANAGERD) apunta, en su objetivo 6, a fortalecer la participación de la población y la sociedad organizada para el desarrollo de una cultura de prevención.

A pesar de esto, no existe un marco específico para la integración y fortalecimiento de las brigadas comunitarias de gestión de riesgo de desastres y muchas veces estas no reciben el reconocimiento y apoyo necesario.

Practical Action ha impulsado la formación de brigadas comunitarias desde 2013. Foto: Ángela Ponce para Practical Action.

Impulsar brigadas comunitarias

Históricamente, en la cuenca del Rímac, escenario de frecuentes huaicos e inundaciones, han ocurrido desastres cuya frecuencia e intensidad está en aumento por factores como el cambio climático y la falta de planificación urbana. En este contexto, el Programa de Resiliencia ante Inundaciones de Practical Action en Perú impulsa desde 2013 la formación de brigadas comunitarias como estrategia para hacerle frente a situaciones de emergencia.

El equipo de Practical Action diseñó un programa de capacitación para brigadistas comunitarios dirigido a voluntarias y voluntarios que provienen, principalmente, de asentamientos humanos que han experimentado situaciones de emergencias por fenómenos naturales.

El programa se realiza en colaboración directa con las autoridades locales a nivel municipal y provincial, el Instituto Nacional de Defensa Civil (INDECI), otras ONG, instituciones de salud, las compañías de bomberos y otros actores clave en la comunidad usando como base los lineamientos del INDECI y la guía de elaboración del plan comunitario de emergencia.

Las capacitaciones se dan a través de sesiones presenciales y virtuales con un equipo de facilitadores, expertos y líderes para cada tema. La formación inicia con visitas guiadas por las zonas de impacto de los huaicos para reconocer los puntos vulnerables, las zonas seguras, estimar los tiempos para evacuar y entender mejor el comportamiento de los peligros y la condición de riesgo en cada comunidad. El plan curricular aborda temas como preparación ante desastres, organización de brigadas comunitarias, manejo emocional post-desastres, primeros auxilios básicos y búsqueda y rescate.

Brigadistas recibieron capacitación en primeros auxilios, seguridad, evacuación, rescate y prevención de incendios. Foto: Practical Action.

Durante el proceso de capacitación se elaboran participativamente mapas comunitarios de riesgo y planes de emergencia, se identifican los roles y el funcionamiento de las brigadas y se brinda información sobre la política de gestión del riesgo de desastre, la ley y el reglamento del Sinagerd. Asimismo, las sesiones prácticas permiten ejercitarse en el manejo de primeros auxilios, seguridad, evacuación, rescate y prevención de incendios.

Este programa de formación de brigadas busca la participación e interacción entre el equipo organizador y las y los voluntarios entre sí para crear un espacio de confianza y familiaridad para personas que comparten una misma problemática y preocupación por la cuenca.

Las convocatorias son abiertas a toda la comunidad, sin embargo, las mujeres y los adultos mayores han sido el sector más receptivo de la población al involucrarse. Actualmente, las y los participantes han tenido un efecto multiplicador y son ellos mismos quienes se encargan de extender la invitación y ampliar la red de brigadistas en la cuenca del Rímac.

Desde el inicio del proyecto, Practical Action ha alcanzado a un promedio de 8 mil participantes y ha contribuido a formar 31 brigadas comunitarias en las zonas más afectadas por huaicos e inundaciones.

Practical Action colaboró con los gobiernos municipales para validar a las brigadas comunitarias. Foto: Practical Action.

Un esfuerzo reconocido

Este trabajo a través de los años ha permitido consolidar un capital humano y social fundamental para la resiliencia comunitaria en la cuenca del Rímac. Sin embargo, sigue siendo necesario un mayor respaldo institucional para asegurar la sostenibilidad de este tipo de intervenciones.

Tan importante como la legitimidad es la formalización de los brigadistas. Por ello, una de las estrategias clave ha sido la alianza con los gobiernos locales quienes validan el proceso formativo de las brigadas a través de la acreditación. En la cuenca del Rímac, Practical Action ha logrado la acreditación de brigadistas por las municipalidades de Ate, Chaclacayo, Lurigancho, Santa Eulalia y Matucana.

Durante la emergencia por El Niño Costero, en 2017, y por el ciclón Yaku, en 2023, las y los brigadistas atendieron las necesidades de las personas en sus comunidades y colaboraron con instituciones de primera respuesta con los gobiernos locales, las Fuerzas Armadas, los bomberos y el INDECI.

“Persuadíamos a las personas a que puedan salir de sus casas. Muchos no querían salir, pero nosotros con mucho tino y con las capacitaciones hemos podido ayudar a las personas a evacuar de su casa a tiempo y así salvar vidas. Porque ese es nuestro trabajo como brigadistas”.

Angélica Chate, brigadista comunitaria
Las brigadas EDAN recogieron información clave de personas afectadas y damnificadas por el ciclón Yaku. Foto: Ángela Ponce para Practical Action.

De manera complementaria, INDECI y la Mancomunidad de Lima Este promovieron una serie de jornadas de capacitación en Evaluación de Daños y Análisis de Necesidades (EDAN) a las brigadas previamente conformadas por Practical Action. Organizando un equipo de brigadistas EDAN con 40 integrantes quienes se constituyeron a las zonas afectadas por las lluvias para recoger datos fundamentales sobre la afectación a la salud y a los medios de vida, así como las necesidades más urgentes. Esta información alimentó la toma de acciones de respuesta, así como la movilización y entrega de recursos de ayuda humanitaria.

En abril de 2023, INDECI  reconoció a los brigadistas EDAN en las instalaciones del Centro de Operaciones de Emergencia Nacional. Este reconocimiento es un paso adelante hacia una necesaria institucionalización de las brigadas comunitarias y su rol dentro del SINAGERD.

Es importante recordar que las personas voluntarias de estas brigadas son miembros de las mismas comunidades que auxilian y, durante la emergencia por el ciclón Yaku, muchas de ellas y sus familiares fueron directamente impactadas. A pesar de esto, las y los brigadistas continuaron su labor y constante capacitación evidenciando el compromiso que tienen hacia la construcción de resiliencia en sus comunidades.

40 miembros de las brigadas EDAN recibieron un reconocimiento oficial por INDECI. Foto: Practical Action.

Ejemplo en México

De manera similar, la Cruz Roja Mexicana lideró una experiencia con brigadistas comunitarios y su reconocimiento institucional tras las emergencias por inundaciones en 2020. En octubre y noviembre de 2020, los huracanes Eta e Iota provocaron intensas lluvias en Tabasco ocasionando las inundaciones más severas de la década. Sin embargo, la población estaba preparada.

Las brigadas comunitarias formadas desde el 2013 por la Cruz Roja Mexicana fueron puestas a prueba y demostraron ser efectivas para hacerle frente a la emergencia. Para esto, el reconocimiento de las brigadas por parte de las autoridades locales, en particular de Protección Civil, fue fundamental. Ya que permitió mantener una comunicación entre las partes interesadas sobre pronósticos e información actualizada para que las brigadas puedan planificar las actividades de respuesta, incluso antes de que llegara la inundación.

Asimismo, las brigadas comunitarias fueron capaces de identificar las necesidades más críticas para orientar mejor el acceso a apoyo durante la emergencia. En algunas comunidades realizaron una Evaluación de Daños y Análisis de Necesidades (EDAN) que sirvió para solicitar apoyo específico a las instituciones gubernamentales. Como miembros de la Alianza para la resiliencia ante inundaciones de Zurich, los equipo de Practical Action y la Cruz Roja Mexicana pudieron compartir aprendizajes y experiencias en relación con las brigadas comunitarias.

El futuro de las brigadas comunitarias

Los ejemplos de México y Perú evidencian la importancia de las brigadas comunitarias como actores fundamentales para la gestión de riesgo de desastres. Sin embargo, aún es un reto lograr integrarlas formalmente en los sistemas nacionales de gestión de riesgo de desastres.

Un avance importante ha sido la implementación del Voluntariado en Emergencias y Rehabilitación (VER) que es un mecanismo por el cual miembros de la sociedad civil organizada pueden integrarse al Sinagerd y realizar acciones clave en los procesos de Preparación, Respuesta y Rehabilitación. Según los lineamientos del VER, es responsabilidad de los tres niveles de gobierno destinar recursos financieros y logísticos para el funcionamiento del voluntariado. Pero en la realidad encontramos una serie de limitaciones importantes al momento de ejecutar esto.

Las y los miembros de las brigadas comunitarias muchas veces viven en condiciones de vulnerabilidad y son directamente impactados por las situaciones de emergencia. Sin un adecuado respaldo institucional que asegure la constante capacitación, el crecimiento y fortalecimiento de las brigadas y su sostenibilidad en el tiempo, es probable que muchas brigadas sufran un desgaste general que impida que realicen su labor o que finalmente ocasione que las brigadas sean disueltas, perdiendo así un capital humano y social fundamental para la resiliencia comunitaria.

Los gobiernos locales son los llamados a darle sostenibilidad y legalidad a las brigadas comunitarias, integrándolas a las plataformas de defensa civil y asumiendo su formación permanente.

La mayoría de brigadistas formadas por Practical Action han sido mujeres. Foto: Practical Action.

Este blog ha sido publicado en el portal InfoInundaciones como parte del proyecto Acción Anticipatoria en los Andes implementado por Practical Action y el Centro del Clima de la Cruz Roja Media Luna Roja y con el apoyo técnico y financiero de la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación COSUDE.