Buenos aires los de Deborah

Desde que tiene uso de razón, Deborah Rodríguez Garay ha tenido un marcado interés por el prójimo. Quiso ser enfermera y llevó varios cursos de la carrera en su juventud. Hoy tiene 48 años. Está casada y tiene un hijo. Y cuando el proyecto Aliados ante Inundaciones, ejecutado por Practical Action con el financiamiento de la Fundación Zurich, llegó a su localidad, el asentamiento humano Buenos Aires, en Chosica, Débora se integró a la brigada de primeros auxilios. “Siempre me ha gustado ayudar a los enfermos, a los que la pasan mal”, nos dice.

Buenos Aires es uno de los asentamientos aledaños a la quebrada Carosio, que llama la atención pues en épocas de lluvia suele estar en peligro de inundación y huaicos. Deborah lo sabe perfectamente. Vive desde hace 24 años en la zona, tras migrar del poblado de Santa Eulalia.

Para el huaico del 2015 Practical Action ya había empezado con los trabajos del proyecto Aliados ante Inundaciones pero aún Buenos Aires no formaba parte de las localidades beneficiarias. Al estar cerca de la quebrada Carosio, que sufrió los achaques del huaico, fueron los más afectados. “Siempre digo que fue un acontecimiento que se pudo evitar”, nos dice Deborah. Eran épocas de lluvias y se seguían con los trabajos que estaban haciendo en los cerros para la construcción de unos muros y unas zanjas. “Entonces una de las máquinas con las que estaban trabajando se desplomó, y esa misma máquina, que tenía una especie de pala, terminó bajando junto al lodo, y fue destruyendo las casas”.

En aquella oportunidad Deborah perdió casi por completo el primer y el segundo piso de su vivienda, que le había tardado muchos años en construir. “Mi casa quedó tapada en ambos pisos. Hasta hoy las tengo dañadas. Perdí mi sala, mi cocina, y en el segundo piso perdí mi cuarto. Solo nos quedamos con el cuarto de mi hijo”. 

Mujer coraje

Pese a que perdió casi todo en el huaico, mantuvo sus ganas de salir adelante. Rápidamente, se sumó a las acciones del proyecto Aliados ante Inundaciones, y formó parte de los brigadistas. Cumpliendo esa función, saca a flote su instinto de proteger al prójimo y también su temperamento de mujer coraje. “Yo pertenezco a la brigada de primeros auxilios. Somos en su mayoría mujeres. En los momentos de huaico somos las mujeres las que reaccionamos primero y sacamos la cara por la comunidad. La gran mayoría de varones o está trabajando lejos de la zona o no son muy colaboradores. Incluso los hombres son los primeros que se escapan de los huaicos”, dice entre risas. 

Deborah nos cuenta que su labor como brigadista no solo está en la prevención, sino que también son los primeros (o las primeras) en reaccionar una vez ocurrido el desastre. “Al acabar el huaico nuestra misión como brigadistas es visitar a todas las casas del pueblo a revisar que no haya víctimas. Luego verificamos las cosas materiales, tanto de las casas como las comunes, como el reservorio de agua para toda la zona”. 

Deborah fue capacitada por el proyecto para integrarse al Sistema de Alerta Temprana (SAT), sistema que permite a la población estar preparada y contribuye a minimizar significativamente el impacto de las inundaciones y, por consiguiente, el riesgo de desastre. Deborah es la encargada de la función de monitoreo y alerta. “Tenemos una cámara en la parte alta del cerro que mide la precipitación de las lluvias. Nosotros los brigadistas tenemos una aplicación en el celular que nos indica la humedad y en qué momento tenemos que dar la alarma, que está instalada en la vivienda de un vecino. En ese momento ya la gente sale a las zonas seguras, que las tenemos señalizadas gracias a Practical Action”. 

Crecer es trascender

Deborah es parte de Asodacarosio, una asociación que involucra a pobladores de las comunidades de Buenos Aires, Moyopampa y María Parado de Bellido, que se formó para tener una voz fuerte que les permita confrontar a las autoridades y pedirles ayuda en temas como la reducción del riesgo de riesgo de desastres. “Sobre todo para generar un desfogue del río que no nos perjudique. Hemos llegado hasta el gobierno central, y ya nos están tomando en cuenta”. Pero el mérito más fuerte de la asociación ha sido la construcción de las primeras mallas geodinámicas dl Perú. “Practical Action nos contó que en Suiza habían hecho estas mallas para evitar desastres, y nos incentivó a querer contar con ellas. Podemos decir que una de las razones de la creación de Asodacarosio fue para buscar tener estas mallas en la localidad”. 

Deborah ya ha sido beneficiada por las mallas: “El año pasado empezó a llover un montón, tanto que el pluviómetro instalado nos marcó 11 puntos. A nosotros nos habían indicado que una vez que llegue a 6 puntos debíamos hacer sonar la alarma, pero el agua no bajaba. Y no bajó en toda la noche. Al día siguiente empezó una leve lluvia y el pluviómetro marcó apenas 2, y empezó a bajar el agua. Lo que pasó fue que las mallas habían detenido el agua la primera noche, y nos habían salvado”.

Después de haber sido instaladas en la quebrada Carosio, la construcción de las mallas geodinámicas se replicó en otras zonas de Chosica, pero sin el mismo éxito porque la gente no está preparada. Se han deteriorado y hasta han sido desmanteladas. “Se las han robado por partes. Se llevan los materiales. A nosotros no nos pasa eso porque toda la población está de acuerdo en cuidar las mallas. Si hay algún desconocido que sube hacia la zona, nosotros salimos a ver qué es lo que sucede. Los brigadistas somos los primeros en defender estas mallas, que son las que nos defienden a nosotros de los huaicos”. 

Footnotes

“He pasado por varios huaicos”, recuerda, “pero los más fuertes fueron en el 2012 y en el 2015”.

Quebrada de Carosio, Chosica