Cirila Choquevilca

Maestra artesana reconocida por el Estado

“Mi mamá y mis abuelos eran tejedores, pero no estaban certificados, entonces estaban como olvidados. Su trabajo no era reconocido. Y yo no quiero quedarme como ellos”, nos dice Cirila Choquevilca, artesana de la asociación de artesanas Manos Mágicas Paracas Pallay Poncho, del distrito de San Pablo. “Si es que yo me certifico, puedo ser reconocida, y eso me parece bueno porque ya puedo tener un documento que vuelva más profesional mi trabajo”, agrega Cirila.

Al igual que muchas mujeres de su distrito, Cirila se dedica a la artesanía desde muy pequeña. “Mi abuela tejía y mi mamá también, ella me enseñó y yo me dediqué a eso. He aprendido a tejer desde los 12 años”. Cirila tiene cinco hijos, y, en sus propias palabras, “a todos los he criado con la artesanía”. Cirila teje todos los días, pero al igual que a sus abuelos y a sus padres, siempre se le ha hecho difícil vender sus productos. “Cuando se lleva a los mercados es difícil de vender, a veces se vende, a veces no. Hacen rebajar más y no sale en su precio. Si vendemos en rebaja nosotros perdemos, pero si no rebajamos entonces ya no compran”.

La diferencia entre Cirila y sus antepasados está en que ella ha visto una solución. Sabe, desde que conoció a Soluciones Prácticas, que podrá trascender con su artesanía ni bien se certifique. Ella es una de las beneficiarias del proyecto Hilando Culturas, desarrollado en los corredores Cusco-Puno en Perú y La Paz-Oruro en Bolivia, y que es implementado por Soluciones Prácticas en alianza con la ONG italiana ProgettoMondo Mlal, ETC Andes de Perú y Red OEPAIC de Bolivia, con el apoyo de la Unión Europea. El proyecto, que tiene como propósito contribuir a la revalorización de la identidad cultural del arte textil andino, como instrumento para el desarrollo sostenible y el crecimiento económico de comunidades de la sierra rural de Perú y Bolivia, beneficia a cerca de 12.000 artistas textiles. 

Uno de los principales resultados que el proyecto busca es incrementar las capacidades de producción y comercialización de 1.200 artistas textiles tradicionales y sus organizaciones y redes; incorporando el tema de identidad cultural como un instrumento para el desarrollo sostenible de las comunidades de la sierra rural, tanto en Perú como en Bolivia. Cirila forma parte de esos 1.200 artistas. Y dentro de los hitos más resaltantes en esta misión está el proceso de certificación que ella comenta. 

Artesanos como Cirila reciben todos sus conocimientos técnicos productivos a través del entorno familiar, con enseñanzas transmitidas de generación en generación. Eso les permite mantener las tradiciones técnicas ancestrales y estilos propios de cada región. Pero el hecho de no contar con un reconocimiento oficial hace que su talento y su trabajo estén siempre del lado de la informalidad y del olvido, diezmando sus oportunidades de empleabilidad, promoción de empleo y autoempleo productivo.

Una certificación a los artesanos como Cirila se hace urgente. Ya lo decía ella: “No quiero quedarme en el olvido como mis abuelos y mis padres”. Y felizmente, gracias a un impulso de Soluciones Prácticas junto a otros importantísimos actores claves del sector artesanal, se ha llevado a cabo el proceso de validación, diseño y formulación de las normas de competencias, y en diciembre del 2016 la Dirección Evaluación y Certificación de Educación Básica y Técnico Productiva del SINEACE (Sistema Nacional de Evaluación y Acreditación de la Calidad Educativa), logró aprobar dos normas técnicas de certificación de competencia en Experto/a en diseño textil; y Maestro/a en telar horizontal de 4 estacas – pampa away.

Este proceso ha sido elaborado y validado junto con más de 150 artesanas y artesanos, empresas, y otros importantes actores de la cadena de valor de la artesanía textil. Y se trata de un hito histórico, pues es la primera vez que se ha certificado una técnica artesanal tradicional como el telar a 4 estacas a nivel nacional

A raíz de este proceso de certificación, Cirila ha podido cumplir su sueño de convertirse en una profesional de la artesanía. Ella hoy en día es una maestra en la ancestral técnica del pampa away o telar a cuatro estacas. Con esta técnica, preservada y transmitida por artesanos y artesanas de la provincia de Canchis, se elaboran diversas prendas tradicionales como llicllas, unkhuñas, ponchos, chullos, chuspas, t’uru wantuna (manta para cargar el barro) y otras, que presentan los diversos pallay.

La certificación de competencias les permite a artesanos y artesanas como Cirila recibir un reconocimiento del Estado que respalda su “saber hacer”, lo que eleva su autoestima y el acceso a mejores oportunidades de trabajo y reinserción educativa, a fin de mejorar la economía de las poblaciones rurales y su inclusión en las políticas sociales

Además de la certificación, Cirila ha aprendido otras cosas gracias al proyecto Hilando Culturas. “Ahora trabajo con hilos naturales. Eso nos ha enseñado el proyecto. Antes hacíamos nuestros productos con hilo sintético”, nos dice Cirila, que agrega que quiere estar ligada para siempre a la artesanía. “Yo veo en mi futuro que puedo seguir aprendiendo. Saber más técnicas, trabajar con más figuras, saber sobre otros tipos de tejidos. Todo quiero aprender”. Y ahora que es una maestra artesana, las oportunidades se le aparecerán de mejor forma. Y quizás aquello de las rebajas que le pide la gente no le ocasione pérdidas nunca más.