Educación con futuro

Escuelas saludables en Perú

Es una mañana diferente para los y las escolares en Apurímac. Para Roberto, las fracciones ahora son un juego. José lee poesía; Evelyn practica el quechua y Ana busca dominar el cálculo mental. Como señala Vicente Quispe Pacocha, padre de Leonel Quispe Huamanga, hoy él ve que «los niños que aprenden hoy a utilizar la computadora, tienen una mejor chance de crecer y ser profesionales. Antes no había esto. Hoy esto es una oportunidad”. Hoy vemos con él y otros padres y madres de familia el cambio, pero aún en las zonas rurales y periurbanas del Perú, muchas viviendas y escuelas carecen de servicios básicos como energía eléctrica y agua potable.

Según datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística e Informática (Inei), más de 3 millones no tienen acceso a agua potable y 6 millones carecen de servicios para una adecuada eliminación sanitaria de excretas y aguas residuales.

En el caso de la energía eléctrica, casi 4 millones de personas en el Perú no cuentan con energía eléctrica. La existencia de este servicio en las escuelas y viviendas es importante para atender las necesidades básicas de consumo, como son el desarrollo de las tareas escolares y el emprendimiento de actividades de subsistencia y generadoras de ingresos. El aislamiento y dificultades de acceso, así como la gran dispersión de las viviendas y escuelas, dificulta la provisión de estos servicios básicos.

Otro problema que enfrentan las poblaciones rurales y periurbanas de nuestro país es la temperatura la cual puede descender varios grados bajo cero. La falta de calefacción afecta negativamente el rendimiento y asistencia escolar, así como el rendimiento productivo de las personas adultas, además de perjudicar la salud por el incremento de las enfermedades respiratorias. Asimismo, la mayoría de las familias rurales aún usan cocinas tradicionales que les expone a riesgos en su salud por el humo que generan.

Trabajar por escuelas y viviendas saludables y seguras es clave para asegurar el desarrollo y un mejor futuro para la población más pobre.

Hemos desarrollado una metodología de intervención basada en el uso de un paquete de tecnologías de bajo costo, de fácil mantenimiento y diseñadas para atender la carencia de servicios adecuados de energía eléctrica, agua y saneamiento. También promovemos el uso de las TIC, a través del acceso a Internet y la dotación de equipamiento informático y de comunicaciones para mejorar la calidad de los servicios educativos en las zonas rurales.

«Mi hijo comparte conmigo lo que ha aprendido. Él se distrae jugando ajedrez y me enseña lo que ha aprendido a mí y a mi hijita menor. Viene a la casa y me muestra sus trabajos, todos aprendemos», comenta Brodelin Huamán, padre de familia de la comunidad de Yadquire.

Además, fomentamos el desarrollo y fortalecimiento de capacidades locales, a través de la activa participación de las comunidades para acordar las mejores alternativas que permitan hacer frente a los problemas locales priorizados, así como para aprovechar el conocimiento local en la construcción de soluciones concertadas.

Un aspecto clave de este enfoque integrador, es que se basa en un proceso de sensibilización, capacitación y participación organizada de las comunidades, las Unidades de Gestión Educativa Local (Ugel) y líderes locales, que posteriormente intervendrán en la gestión de la tecnología.

Adicionalmente, se realizan talleres de capacitación y sensibilización a personal de la comunidad en el uso, mantenimiento y seguridad de las tecnologías implementadas.

Garantizar las condiciones básicas para el aprendizaje es el primer paso para pensar en la educación que los niños y niñas tienen el derecho a acceder.

Te invitamos a conocer los avances y logros de los proyectos en este tema con este video: