Proyecto culminado

Ficha del proyecto

Nombre: Gestión sostenible de los Bosques del Chinchipe

Periodo: 2005-2009

Ámbito: Cuenca binacional del río Mayo-Chinchipe en la frontera del Perú y Ecuador

Beneficiarios/as: 163672 familias campesinas manejadoras de bosques, 100 pequeños productores forestales madereros y 16 328 investigadores, estudiantes y funcionarios de instituciones Financiera: Comisión Europea, Zurich Foundation, Waterloo Foundation, Caterham Overseas Aid Trust

Tema: Agricultura y bosques, cadenas productivas, agroforesteria

Financiera: Comisión Europea

El desafío

La cuenca del río Mayo-Chinchipe es una de las principales cuencas de la frontera amazónica entre Perú y Ecuador, albergando en su territorio dos importantes áreas de conservación de Sudamérica: el parque nacional Podocarpus (Ecuador) y el santuario Tabaconas Namballe (Perú), que forman parte, a su vez, del corredor transfronterizo de conservación Abiseo-Cóndor-Kutukú.

Dada la riqueza y diversidad de especies biológicas que habitan la cuenca, sus bosques constituyen una importante fuente de conocimiento y desarrollo presente y futuro. El agua, la belleza paisajística y el conocimiento de prácticas productivas de la población local son también recursos invaluables en esta zona. Sin embargo, a pesar de este gran potencial, los 162 mil ciudadanos ecuatorianos y peruanos que viven en condiciones de pobreza en la cuenca enfrentan cada día nuevos retos frente a acciones como la tala ilegal del bosque de neblina y otras actividades no sostenibles que se realizan en este frágil ecosistema.

Por estos motivos, Practical Action, en convenio con Caritas-Jaén, Oikos y Faces, ejecutó desde el año 2005 hasta agosto de 2009 el proyecto Programa binacional de conservación y gestión participativa de los bosques tropicales de la cuenca del Chinchipe, Perú-Ecuador (Bosques del Chinchipe). Este proyecto tuvo como meta generar un modelo de gestión sostenible y participativo para la conservación de los bosques tropicales de la cuenca binacional del río Chinchipe. En el marco del proyecto productores forestales, gobiernos locales, escuelas rurales, investigadores y hacedores de políticas de Perú y Ecuador han trabajado en constante diálogo para convertir la cuenca del Chinchipe un mejor lugar para vivir.

Objetivo

Desarrollar un modelo de gestión sostenible de bosques en la cuenca binacional del Chinchipe (Perú-Ecuador) con plena participación de la población local.

Resultados

  • Fase 1: Coordinación con autoridades, elaboración de instrumentos, formación de equipos

    • Formulación, diseño e implementación en espacios interinstitucionales de un plan binacional y dos planes nacionales de gestión de recursos forestales.
    • Áreas de conservación local: en Ecuador se han creado dos unidades de conservación y en Perú se aprobaron dos áreas protegidas (con cinco más en proceso de establecimiento).
    • Agricultura sostenible: se ha logrado que en Perú todos los distritos de la provincia de San Ignacio cuenten con equipos técnicos agroforestales y se formaron 50 extensionistas campesinos cuyo papel resultó clave para la gestión técnica de los bosques. En los grupos que han recibido asistencia técnica se verificó un incremento de productividad del café y la incorporación de sombra diferenciada.
    • Aprovechamiento forestal: se ha regulado el aprovechamiento forestal en San Ignacio, dejándose de emitir permisos y autorizaciones de aprovechamiento en bosques de protección por su avanzado estado de degradación.
    • Se han identificado campesinos que realizaron emprendimientos de reforestación, a quienes se asesoró para el registro y aprovechamiento de sus plantaciones. A la fecha de cierre del proyecto se habían realizado las primeras ventas de esta madera. En el cantón Palanda se estableció un centro de acopio de madera donde los productores trabajan con madera de bosques con planes de manejo autorizados por el Ministerio del Ambiente.
    • Control forestal: el tráfico de madera legal e ilegal en la provincia de San Ignacio ha disminuido significativamente con la implementación del plan estratégico de la provincia (100 y 80 % respectivamente). En Ecuador se ha implementado una garita de control y radios que permiten a las comunidades denunciar la salida de madera ilegal y controlar el ingreso de vehículos.
    • Reforestación: en total se ha reforestado más de 3 000 ha mediante selección participativa de iniciativas locales. En Perú, la experiencia ha sido acogida no solo por los campesinos, sino tambien por gobiernos locales (la municipalidad de Chirinos, por ejemplo, asignó el año pasado US$100 000 para fomentar y financiar más iniciativas).
    • Creación de alternativas económicas: se ha identificado el potencial biológico y de mercado de diversas especies, evaluándose el mercado de la madera de reforestación y del bambú. También se impulsaron actividades de valor añadido de café y apicultura.
    • Se desarrollaron inventarios forestales participativos con resultados muy importantes, ya que las comunidades reconocieron especies maderables y otras especies y productos que desconocían como la cascarilla o la sangre de grado. A partir de estos hallazgos se realizó una discusión sobre formas de revalorizar productos del bosque que fueron parte de la tradición de sus pueblos originarios. En el tema maderable, se ha verificado en campo el incremento del valor de los árboles en pie debido al mejor conocimiento de las especies y un nuevo dominio de técnicas de cubicación de maderas.

Aprendizajes y conclusiones

  • La experiencia de Chinchipe se propone como una referencia exitosa que se desarrolló bajo las siguientes líneas fundamentales:

    • Desarrollo de la gobernanza ambiental a nivel local: eje de la sostenibilidad de la experiencia. Se trabajó con y a través de los gobiernos locales, logrando acuerdos para una gestión ordenada de los recursos con participación ciudadana e incorporación de metodologías participativas, control forestal, sistemas de extensión, promoción del ordenamiento territorial y áreas protegidas. Desarrollo del capital humano: sensibilización mediante medios de comunicación, educación ambiental, formación de promotores, extensión de campesino a campesino, difusión transparente de logros y problemas encontrados.
    • Desarrollo y adecuación tecnológica: con participación de la Universidad Nacional de Cajamarca en temas de gestión forestal, investigación, formación de cuadros (diplomado en gestión de recursos forestales), nuevas tecnologías para viveros y agroforestería, experimentación campesina.
    • Desarrollo de la organización social: participación de organizaciones de productores y otros actores locales buscando economías de escala, impactos directos, liderazgo rural y sostenibilidad del sistema.

Objetivos de desarrollo sostenible