Julio Cabanillas: un inventor entre nosotros

La manera tradicional de utilizar una cocina en el Perú rural está relacionada con el uso del fogón y de la leña, que permiten a los pobladores disfrutar de una comida sabrosa. Sin embargo, los índices de contaminación por esa modalidad son altos, sobre todo teniendo en cuenta que muchas veces la cocina se encuentra en el mismo espacio en el que se ubican el comedor e incluso las habitaciones.

Actualmente en el Perú existen 2 millones de familias (32% de la población total del país), sobre todo ubicadas en las zonas rurales, que no cuentan con acceso a combustibles modernos y/o tecnologías limpias para cocinar. Estas familias dependen de la biomasa tradicional como principal energético en fogones abiertos de tres piedras o cocinas tradicionales, afectando negativamente su salud, al estar expuestas a la contaminación del aire en el hogar. Esta contaminación ha ocasionado incluso algunas muertes. Por esa razón, en Soluciones Prácticas se ha trabajado durante muchos años en el concepto de las cocinas mejoradas

Julio Cabanillas se define a sí mismo como un campesino de la localidad de Asunción, en Cajamarca, que se dedicó buena parte de su vida a la carpintería. Pero para nosotros es un gran inventor y un promotor de salud para su pueblo. Hace 15 años patentó una cocina de ladrillo que podía generar agua caliente para ducha, logrando dos grandes efectos: la protección ante la contaminación y un mejoramiento en la higiene (por el intenso frío que acecha sin clemencia en la sierra, una ducha con agua caliente es una bendición y un incentivo para que los ciudadanos tengan mejores prácticas de aseo). Tiempo después de esa patente Julio ganó por primera vez un concurso propiciado por Soluciones Prácticas por otro invento suyo: una máquina rajadora de carrizo. 

“Siempre me gustó innovar”, nos dice Julio. “La innovación viene a mí por necesidad. Buen tiempo he estado sin trabajo y siempre viendo la manera de salir adelante a través del ingenio”. Como suele suceder, la práctica hizo al maestro. “He aprendido practicando, y equivocándome una y otra vez. De diez cocinas que entregaba, tres personas me reclamaban algo, y eso fuera de molestarme a mí me gustaba, porque me hacían mejorar”. Así Julio llegó a perfeccionar su nueva tecnología para su nueva cocina mejorada, a la que bautizó como Practifogón. Una cocina portátil, que se puede trasladar fácilmente, y que incluye un repostero para guardar la leña, un cenicero donde caen los desperdicios, y cuenta con espacio para diferentes medidas de ollas. “Gracias a esa cocina gané un nuevo concurso con Soluciones Prácticas”, nos cuenta orgulloso.

Soluciones Prácticas, a través del Fondo de Innovación y Desarrollo de Cocinas Portátiles a Leña (FIDECOP) financiado por el programa Energising Development (EnDev), con el objetivo de dinamizar el mercado de cocinas mejoradas a través del incentivos económicos, seleccionó a siete empresas a lo largo del Perú para premiarlas. Una de esas empresas fue la de Julio, denominada Cocinas Mejoradas Multiusos JCS, y gracias a ese reconocimiento pudo adquirir un fondo que le permitió posicionar de mejor manera sus cocinas al mercado. Soluciones Prácticas, además, le otorgó un sello de reconocimiento por su innovación, calidad, eficacia y ser un emprendimiento local. “Mi idea es que muchas personas tengan acceso a mi cocina, y que muchas otras personas estén en la capacidad de replicarlas”. Esa intención de Julio lo ha llevado a enseñar las bondades de su tecnología en el extranjero. “Así pude no solo enseñar lo que hago, sino también seguir aprendiendo para mejorar siempre mi tecnología”. 

La tecnología utilizada por Julio en su cocina reduce en 40% la contaminación. Además, se ha sumado a la gran cantidad de cocinas mejoradas que hoy por hoy utilizan más de dos millones y medio de familias en el Perú, rompiendo incluso con el paradigma de que su uso es exclusivo para el área rural. En muchos sectores del país en los que se puede tener acceso a cocinas que funcionan con gas, el uso de las mismas está directamente relacionado con el balón de gas, que muchas veces demora entre 10 y 15 días en llegar a ciertas zonas. Ahí aparece la importancia de las cocinas como la de Julio, que trabajan con leña pero reduciendo la contaminación. 

A partir de su acercamiento a Soluciones Prácticas, Julio no solo gozó de un incentivo económico que le ha permitido formalizar su negocio, sino que recibió distintas capacitaciones. “Nos han capacitado en planes de negocio y marketing. Estas capacitaciones me han servido bastante porque yo no he tenido el privilegio de estudiar o recibir una buena educación. Sin esas capacitaciones hubiese sido imposible manejar bien mi empresa. No tenía idea de cómo trabajar con gente, con mi personal, ni cómo tratar con clientes”. 

Julio viene trabajando 15 años en su cocina. Ha recibido varias certificaciones. Una de ellas fue con Sencico, institución tecnológica por excelencia en el país, que ha certificado su tecnología, la misma que ha venido trabajando los últimos años y mejorando con Soluciones Prácticas. Hoy en día Julio está vendiendo su cocina en cuatro regiones del Perú. Y nos cuenta que hay mucha demanda por su producto. “Estamos haciendo 100 cocinas semanales, las cuales vendemos en distintos puntos de venta por Tarapoto, Junín, Cusco, Puno, y también al por mayor. Trabajamos también con siete cooperativas de ahorro y crédito y algunas ONG. Poco a poco queremos abarcar todo el país. Y también quiero enseñar la técnica de la cocina mejorada en talleres”.

Sin dudas el negocio de Julio ha dado un gran salto a raíz del premio recibido por Soluciones Prácticas. “Estoy fortaleciendo la economía de mi familia y puedo darle trabajo a otras personas. Tengo 13 personas trabajando conmigo. Y además hay gente en los distintos puntos de venta”. Mientras hace sólido y sostenible su negocio, Julio anda pensando qué otra cosa inventar por el bien de su pueblo. “No queremos quedarnos ahí. Seguiremos innovando”.