Los desafíos pendientes de la gestión de riesgo de inundaciones

Mientras las pérdidas económicas causadas por las inundaciones tienden a crecer en América Latina, el giro hacia políticas públicas que prioricen la gestión del riesgo no avanza aún al ritmo necesario. El estudio “Inundaciones en zonas urbanas de cuencas de América Latina”, que elaboró Fernando AragónDurand por encargo de Practical Action, encontró casos de éxito en la mitigación de esta amenaza en la región; sin embargo, confirmó además que sigue siendo común abordar el problema con un enfoque centrado en la emergencia y no en acciones preventivas basadas en la reducción del riesgo. Experiencias como las de Bogotá, en Colombia, y Durazno y Melo, en Uruguay, demuestran la utilidad de incorporar criterios de gestión de riesgo en la planeación de las ciudades. No obstante, uno de los principales desafíos detectados es extender y consolidar esta visión, sobre todo en un contexto en el que la vulnerabilidad de la población se agrava por dinámicas informales de urbanización. La gestión de riesgos supone conocer los factores que causan los desastres para incidir en ellos, y ocurre que, en América Latina, la pobreza empuja a la población a ocupar viviendas precarias y terrenos inseguros. Ello sucede, por ejemplo, en Lima, Perú, donde existen familias que se instalan en terrazas inundables; y en Guatemala, en la que se han formado grandes asentamientos en barrancas. De hecho, en varias ciudades de la región, las zonas periurbanas son vulnerables a las inundaciones por la expansión urbana no regulada y por la carencia de sistemas adecuados de drenaje y saneamiento. Los tomadores de decisión afrontan el reto de darle mayor importancia a la planeación ambiental del territorio basada en la conservación ecosistémica de los recursos hídricos. Ello debe incluir, por supuesto, tareas de regulación y control de flujos dentro de los sistemas de drenaje y saneamiento, pero además acciones orientadas a la escorrentía de la cuenca. Se trata de un abordaje más integral desde un punto de vista ecológico, el cual valora las intervenciones en las áreas verdes y, en particular, en espacios naturales con un papel decisivo en la regulación hídrica como los humedales.